La Navidad es sinónimo de reencuentro, celebraciones con familiares y amigos, almuerzos y cenas de empresa, muchas compras y visitas a los centros de las ciudades para ver belenes y decoraciones navideñas. Tras un año y medio muy duro que ha modificado enormemente la forma en la que nos relacionamos, llegamos a las segundas navidades sumidos en esta pandemia, cansados y a la vez esperanzados por la protección que ofrecen las vacunas. Pero la realidad y los datos nos obligan a contenernos una vez más y a ser responsables.
“A estas alturas, todos sabemos lo que debemos hacer para protegernos del virus y proteger a los demás: usar mascarilla, mantener la distancia de seguridad y reducir los encuentros en lugares cerrados tanto como sea posible”, afirma José Mª Lagarón, quien recomienda “reducir el número de personas con las que interactuamos, muy a pesar de las ganas que tenemos de estar juntos, y siempre siguiendo rigurosamente las medidas de seguridad básicas, ya que son claves para prevenir contagios y facilitar los seguimientos en el caso de que los hubiera. También es muy importante elegir la mascarilla adecuada para cada espacio. En exteriores, la mascarilla quirúrgica o higiénica es una buena opción, y en interiores es aconsejable siempre usar una FFP2”.
Mascarillas y ventilación
Durante las reuniones familiares que se celebran en domicilios, las mascarillas y la ventilación de las estancias son las herramientas más eficaces. Se recomienda utilizar mascarillas FFP2 con filtro viricida que se adapten al contorno del rostro para no dejar huecos que permitan la entrada de aerosoles. Es importante retirarlas solo en el momento en el que se va a comer o beber y guardarlas en un sobre o caja de plástico, no sobre la mesa, en un bolsillo o dejarlas colgadas de la muñeca o brazo.
También se debe renovar el aire de las estancias y, para ello, lo mejor es la ventilación cruzada, que se consigue abriendo puertas y ventanas opuestas. Otra medida muy recomendable es hacerse un test de antígenos rápido, accesible en cualquier farmacia, antes de las reuniones familiares, para asegurarnos de que todos estamos protegidos y evitar riesgos.
Higiene y distancia
El lavado de manos sigue siendo esencial, así como evitar besos y abrazos. Los no convivientes no deberían pasar a la cocina, ni tocar la comida, ni cubiertos del resto de comensales.
Siempre que sea posible, se debe mantener la distancia de seguridad y no alargar las sobremesas en exceso.
“Es el momento de hacer prevalecer el sentido común para disfrutar de unas navidades lo más seguras posible y protegernos tanto nosotros, como a los más vulnerables, es decir, a nuestros mayores y personas con patologías importantes”, concluye José Mª Lagarón.